miércoles, 29 de julio de 2015

Apariencia e indolencia

Aparentemente hemos de aparentar,
más por cansancio que por ganas
de aguantar tesis de cantamañanas
y por la sangre al río no llevar.

Indolencia que me duele,
me devora con fauces de demagogia.
¿Cómo no va a sangrar la herida?
¡Si hay sangre, porque hay vida!

Estiro una sonrisa matinal,
la fuerzo, la pienso, la obligo,
pero se me olvida a ratos
cuando me cruzo la existencia.

Pero lo intento, lo intento…


¡Qué no digan por falta de ganas!
Todas las que puedo y más,
pinto lo malo a bueno y…
lo malísimo a regular.

Yo lo intento.

Sigo intentando engañarme,
a veces lo consigo,
otras no me hace falta,
sigamos perfeccionando…

Apariencia e indolencia.

Yo lo intento, lo intento…
pero no lo consigo.


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sábado, 25 de julio de 2015

Endofobia

Han puesto una bomba en la calle,
han asesinado a tiros a alguien
por pensar diferente, sin más,
pero las víctimas son las culpables.

Hay una discriminación relevante,
una parcialidad “positiva”, dicen.
Lo de fuera es lo que prevalece,
lo nativo es despreciado, despreciable.

Lo que prevalece es el odio,
lo que subyace es la endofobia.
Nos odiamos, mucho, tanto, tanto…
Nos odiamos por ser de aquí.

Fobia a los autóctonos, a tu tierra,
a tu gente, a tus costumbres, a ti.
Aversión a lo natural,
antipatía a tu propia familia.

La endofobia es la máxima expresión de la estupidez.


Obvia los datos, las cifras,
las estadísticas, la realidad.
Justifica la violencia ajena,
apela a la culpabilidad histórica.

Seguimos valorando tirarnos piedras a nuestro propio tejado.

Seremos, somos, víctimas,
de nuestro buenismo,
de nuestra estulticia,
de nuestro auto-odio: endofobia.

Y mientras tu identidad se diluye,
se corroen y pudren los valores,
se degrada la cultura que te vio nacer,
sigue maldiciéndote a ti y a tu patria… ¡idiota!

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domingo, 19 de julio de 2015

Timosofía

Intentando apresar su misma esencia o comercializando con ella, han matado a la Filosofía.

Hoy por hoy, tenemos filosofía fósil y filosofía producto.

La filosofía fósil huele a naftalina, es tan académica como inútil y tan libre como un pájaro en una jaula. Los filósofos académicos están más cerca del frikismo ilustrado y de los juegos inteligibles de palabras que de la experiencia vitalista de la filosofía viva.


La filosofía-producto es la banalización o la adaptación para el público más miserable, una suerte de pseudo-conocimiento, mezclado con dosis de auto-ayuda para personas inseguras, de mente corta o inmaduras, su formato más habitual es el sobre de azúcar, el estado en redes sociales o dispositivos móviles.

Este estado de las cosas ha generado mi desinterés creciente por la filosofía actual y su estudio. ¿Para qué este juego de trabalenguas, este mar de hipótesis sin sentido y esa incesante estupidez egocéntrica disimulada en esa competición de pretendida erudición?

Creo que empieza a ganar mi interés por la Biología, lo empírico no da lugar a tanta bobería disfrazada de magnanimidad.

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Capicúa sentimental

Tengo la inmensa suerte de conocerte, ya sólo por eso ha merecido la pena llegar hasta aquí. Ha merecido la pena haber llegado hasta aquí para tener la inmensa suerte de haberte conocido.

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viernes, 17 de julio de 2015

Esfuerzo y voluntad servicio

Que quede claro, no todo esfuerzo es sacrificio ni la voluntad de servicio es ser servicial. Valores como el esfuerzo y la voluntad de servicio, como la lealtad y el valor, dignifican tu estancia en vida.

No hace falta grandes hazañas y epopeyas, quizás con limpiar de papeles tu comunidad, ayudar a los mayores o a quien veas necesitado, realizar diariamente, al menos, un acto gratuito y beneficioso a favor de cualquier ser de la naturaleza marca la diferencia entre que merezcas ese halo de vida o seas un lastre más.

Nos educan de tal manera que tales actos los consideramos como de ingenuos, llevados a un punto pudieran serlo, pero realmente la única obligación moral que a día de hoy creo tener es la de celebrar la vida, la belleza y hacerla crecer. Esa es para mí la interpretación de ‘esfuerzo y voluntad de servicio’.

Planta árboles, ayuda al resto de animales, limpia esa senda, no pienses en que no es tu responsabilidad… cada gesto noble te ennoblece, cada pequeño esfuerzo y servicio te lo estás haciendo a ti realmente.




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martes, 14 de julio de 2015

Hay días y noches


Hay días en que la actividad se apodera de mí a horas intempestivas, noches en las que Morfeo me olvida y deja vagar a mi suerte, hoy fue un día y es una noche de esas. Ando como loco afanado en cosas sin importancia pero de gran interés personal, cualquiera que me viera pensaría que malgasto el tiempo. No, yo pulo ese tiempo, lo pulo dándole el valor de lo que carece de él, restregándomelo por el cuerpo y masajeando mi cerebro con sus manecillas horarias. Hago cosas como estas, escribo, soy feliz y me importa menos que nada la repercusión de estas narraciones.


A veces me regalo la imaginación con lejanos lectores, con una identificación espontánea con parte de mis textos, pero, sinceramente, yo escribo para leerme a mí mismo. Recopilo, sin caer en el virtuosismo, mis pensamientos. Yo soy mi principal lector, editor, diseñador… al crítico lo maté porque me reventaba la libertad de expresión con estupideces morales, con qué podría decir la gente, con lo políticamente correcto.

Soy libre desde mi anonimato, y mi obra, en tanto que desconocida, también es libre.

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sábado, 11 de julio de 2015

Islam

Islam, Mahoma, Alá, musulmanes, ley sharia, Corán… todos estos términos, entre otros similares, vienen a consumar una amenaza real, la decadencia de occidente, el fin de la filosofía europea, de la lucha por la razón frente a la barbarie.

No es un disfraz pesimista, es la realidad que se palpa, que se siente ya en muchos lugares de Europa, en muchos hogares que hoy en día tienen como vecinos a sus declarados, pese al disimulo, enemigos. Como mal pájaro, subvencionamos a quien destruye nuestro nido, décadas de lobotomización ONGista nos hacen sentirnos culpables hasta cuando nos degüellan. Como decía Einstein, la estupidez humana no tiene límites.


Quizás lo veamos, aunque pasen décadas, estamos fraguando en el horno de la insensatez un regreso al fanatismo, a la idea de la mujer como pertenencia, al fin de la cultura que nos dignifica. Lo peor es que sus víctimas siguen justificando la lenta pero inexorable conquista musulmana, esa que no tendrá piedad con ellas cuando pueda detentar poder e influencia.

¡Racista! ¡Racista! es la consabida respuesta contra la razón, inculcada por las ONGs que alimentan la degradación. ¡Racista! ¡Racista! gritarán contra quienes enarbolen la defensa de los valores en contra de la ruina. Curioso epíteto victimista el que nos dedican los que quieren borrarnos de la faz de la tierra.


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La capacidad de Europa






A veces creo que vivo en otro continente, sólo a veces, siempre que salgo a la calle. Empiezo a pensar que en este mundo globalizado igual que ahora hay Mc Donals, Starbucks, Berska, Burguer King, Donner Kebab… en todos lados, también hay negros, árabes, latinos, chinos, indios… es el sino de los tiempos.

Recapacito sobre la capacidad de Europa, sobre las capacidades, la primera para adaptarse o, mejor dicho, se adapten los no europeos, la capacidad para hacer frente a los inevitables problemas sociales que se derivan de mezclar en una misma olla aceite, chocolate, guacamole, visceras y tripas, mango, mucho curry y, como no, salsa de soja. No parece que la digestión vaya a ser fácil para nuestro estómago, Europa, a la sazón, nosotros.

Y más allá, ¿cuál es la capacidad de la vieja Europa para defenderse de los hijos de la media luna? Hoy vivir en Europa y odiarla está de moda, en España también. Hoy lo más “In”, el “trending topic” en el mundo musulmán es matar a unos cuantos anfitriones europeos.

Miro atrás y veo a la vieja Europa que sobrada de capacidad guerrera, una y otra vez, supo repeler a quien la atacaba. Hoy, en lugar de esos guerreros, tenemos pusilánimes  dirigentes, amanerados y frágiles jóvenes, híper-mega-sensibles ciudadanos bienpensantes que consideran un progreso todo este batiburrillo que convierte a su tierra en una franquicia.

Sí, somos una franquicia más, con sus Mc Donals, Starbucks, Berska, Burguer King, Donner Kebab, sus negros, árabes, latinos, chinos, indios… un lugar artificial más, un lugar cada vez menos original.

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martes, 7 de julio de 2015

Los ricos no tienen patria

El capitalista es internacionalista vocacional, como su dinero, o podemos llamarle “ciudadano del mundo” puesto que no existen fronteras en los negocios. Los beneficios mandan y subyugan la economía nativa, los derechos de los naturales, no se doblega ante sistemas corruptos o leyes injustas, es más, son el mejor terreno donde engordar divisas.

Los pobres se siguen afanando en un internacionalismo utópico que, en el sentido más pragmático, es el campo donde los capitalistas pueden moverse a sus anchas, y además con la bendición obrera.

Unos luchan por un mundo sin fronteras, otros lo sufren, y, más allá de las consignas proletarias, cobra sentido una vieja frase: “solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria”.



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