domingo, 22 de febrero de 2015

Odio a los fracasados

A los que se rindieron sin buscar nuevas vías, a los que la desidia venció, a los que hicieron del fracaso su forma de vida, yo los odio.

Cuando la degeneración, la degradación, anida, crece y se queda para siempre en el espíritu y en el cuerpo, esa vida carece de sentido y dignidad. Esa vida no debiera continuar su existencia. La podredumbre a veces se extiende y se malinterpreta como subcultura.

Odio la veneración al fracaso tanto como la crítica a la superación. Odio el gobierno de los inútiles frente a la jerarquía natural, la que se deriva de los valores,  las cualidades, las excelencias, meritocracia al fin y al cabo.




Vitalismo versus decadencia, basta ya de compasión a quienes no dignifican la vida, basta ya de solidaridad con los que denigran el valor de la sociedad con total voluntad. Basta ya de discriminación positiva con los incapacitados, no con aquellos que física o psicológicamente lo son por enfermedad o accidente, me refiero a los que se incapacitan a si mismos teniendo todas las capacidades. A aquellas personas que viven fagocitando las vidas de los demás y lo prefieren a luchar por su futuro y crear un mejor presente y devenir colectivo en tanto que individual.

Odio a los fracasados tanto como admiro a los que con valor, y valores, han sabido superarse a sí mismos.


Licencia Creative Commons. Reconocimiento – NoComercial – SinObraDerivada (by-nc-nd): No se permite un uso comercial de la obra original ni la generación de obras derivadas. En caso de reproducción indicar autoría y blog de origen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario