Alquimia o el monstruo
Me he convertido en el
“monstruo” que tanto repudié y combatí para darme cuenta de que toda la belleza
que perseguía realmente se hallaba en la “monstruosidad”, como el diamante en
bruto rodeado de dura roca. La aspereza me hace sentirme más y más libre, más y
más real cuanto más lejos del envoltorio que me rodeaba.
¿Qué extraña alquimia es
esta que precisaba de mi combustión, de mi nada para devolverme todo, intacto,
agreste pero maravillosamente lúcido? ¿Cómo podré tolerar ahora a todos esos
caramelos pútridos que me rodeaban con llamativos envoltorios?
Soy el monstruo, semilla del
desapego, de ambigüedad moral, soy el monstruo que acepta la asquerosa y
maravillosa dualidad. Alquimia…
Prólogos y estudios
Odio los prólogos que
parecen libros y que reducen a estos a una desubstanciada materia deshuesada y
chupada anteriormente.
Detesto aún más a los
autores que toman juez y parte del pensamiento de un ancestral escritor como si
lo conocieran mejor que la madre que los parió, y por supuesto, que ellos
mismos. Me aburren soberanamente, tanta entrega y esfuerzo para intentar que
otro dijera lo que uno quiere, con lo sencillo que hubiera sido escribirlo por
sí mismo.
La autoridad es determinación
La autoridad no
existe sin firmeza y actitud, de hecho la autoridad es eso. La autoridad es
determinación, sin vacilación, sin titubeos, sin resquicio. Existe y persiste
en una postura, en un gesto, en una mirada que transmite intransigencia a la
debilidad.
La autoridad es
el camino inequívoco a la ausencia o escasez de problemas de forma exponencial.
El diálogo y el sentido común son la excusa de los irresponsables para
prevalecer sobre los más débiles, sobre aquellas personas rectas pero incapaces
de defender sus derechos, y de ahí nace la autoridad, como garante brusca que
no admite duda.
Maquiavelo lo
sintetizó: “De
aquí surge una controversia: si es mejor ser amado que temido o viceversa. Se
contesta que correspondería ser lo uno y lo otro, pero como resulta difícil
combinar ambas cosas, es mucho más seguro ser temido que amado.”
Soldando
Me piden paciencia, para mí
tortuosa penitencia, para saber el alcance de las heridas y el inicio del dolor
curativo previo a posibles secuelas. Pero de momento es espera.
Las consecuencias negativas
de la carrera no me exonera de mi promesa, que se hace más consistente. No lo
quería fácil ni gratuito pero el precio a veces puede ser duro de llevar. Voy a
aceptarlo como parte del camino, del dolor del camino. Voy a centrarme en mi
objetivo, en tus ojos, en tu recuerdo, en mi lealtad a la promesa que te hice y
que pienso cumplir tan pronto como el dolor pase y este me haga más fuerte.
¡Aquí nadie tira la toalla!
Donde quieras que estés te saludo, y hasta allí enviaré el oscuro obsequio que
ha sellado nuestra eterna fraternidad, amigo, hermano.
Fanático
Estoy en periodo de
desintoxicación,
aún tengo graves efectos
secundarios,
mis venas siguen fluyendo
con veneno
y por las noches mis sueños no son buenos.
Yo era el fanático, el
utópico, predicador
de buenas nuevas, verdades
absolutas.
Propagando el paradigma de
la moralidad
evangelizador, paladín del credo superior.
Que resultó imperfecto,
abyecto, un pretexto
para emprendedores, gurús de
la ilusión, del lucro y ego
y mi salud deteriorada no
daba más de sí
enfermedad y locura o
sobrevivir ¿elige?
Y yo elegí, con un impulso
enorme, vitalista,
mandar a la mierda todas las
putas ideologías.
La tabla rasa, ruleta rusa, el comienzo de cero
la vista amplia
y el fin de los credos.
Adiós sectas, que os den,
no se puede ser libre con
cadenas en los pies.
Adiós locura, bendita
madurez,
Nací sin ideologías y sin
ellas moriré.
Adiós sectas, que os den,
no se puede ser libre con
cadenas en los pies.
Adiós locura, bendita
madurez,
Nací sin ideologías y sin
ellas moriré.
Yo he decidido asesinar al
yo que era
a ese que no era yo, a ese
cualquiera.
Porque haga lo que haga,
nunca será correcto.
Buscadores de certezas, yo
admito lo imperfecto.
Irrecuperables
El árbol se deshace de la
hoja marchita, el arbusto de la flor seca, los demás animales hacen su natural
último paso a los heridos o gravemente enfermos. Los humanos hemos perdido los
instintos y abonamos la decrepitud manteniendo y subvencionando la decadencia.
A los irrecuperables les
damos plaza y reinado de lugares públicos, como cetro una litrona, como espada
una jeringa y como perfume el olor eterno a porro. Ellos hacen el juramento de
escupir siempre a su alrededor, juran lealtad a la suciedad y a la falta de
respeto, y prometen a los demás, como una forma de ser y estar, la repugnancia y el asco .
Ellos son los irrecuperables,
los que una sociedad sana debiera haber extirpado en vez de caer en la trampa
de la compasión utilitarista.
A veces
A veces siento una gran
desilusión,
una herida, que no sabe
cicatrizar.
A día de hoy
A día de hoy juego con las
etiquetas, con todas, son bonitas a la vez que insidiosas. Hago por levantarme
Hippy, y happy, anarquista sin prejuicios al amanecer, pero a cosa de las 10 de
la mañana puedo ser ya un soldado de la Wehrmacht. Es lo que tiene vivir en una
ciudad tan estresante, multicolorida y multicultural.
La mala leche se me escapa a
borbotones cuando paseo, veo y escucho a gran parte de mis vecinos, que dudo
que congéneres. Así que, he recurrido a la tecnología de aislamiento, gafas de
sol oscuras y unos cascos con música.
El otro día leí un libro
sobre la amistad e incluso se me despertó el interés por fomentarla. Lo he
desestimado, a no ser que quiera que esta se fundamente en conversaciones sobre
fútbol, televisión, tetas y culos, tal es el nivel que impera en esta
gentucilla. Pienso que incluso desprecian los libros, el conocimiento y que,
por el contrario, encuentran un extraño regocijo en la ineptitud.
¡Y yo que creía en la mezcla
de culturas y ha resultado ser una mezcla de ignorancias!
La cultura amarillenta
La sacralización de mitos
como la cultura china hace estragos y crea hemorragias cerebrales cuando es
expuesta a la realidad actual. Estos, aparentemente, simpáticos orientales
pueden presumir de una cultura que ya no es tal, a no ser que aceptemos la
sumisión como su símil, y del adjetivo milenaria que más bien se podría
sustituir por amarillenta.
Sí, en efecto, aquí estamos
de nuevo haciendo amigos, pero como decía Miguel de Unamuno: “Primero la verdad
que la paz”.
Los chinos son un ejemplo
armonioso de suciedad extrema y capacidad de acomodación. Creo que a ninguna
gastronomía se le ha dedicado más chistes y rumores basados en la suciedad, la
asquerosidad y la crueldad extrema a todo lo vivo… y parece que fundamento no
falta.
Y después de lo dicho, cabe
decir que su cocina es aún así lo más respetable de su aportación actual al
desarrollo del ser humano. Dice un viejo chascarrillo “¿Qué pasaría si todos
los chinos se pusieran de acuerdo y saltaran a la vez?” Pues yo espero que la
naturaleza, en su profunda sapiencia, tuviera a bien concederse una licencia en
lo que a la Ley de la Gravedad se refiere.
Sociedad marica
Vivo en una sociedad marica,
la “sensibilidad”, su sentido, ha sido pervertida y su compost lleno de gusanos
pide y reclama orgullo. Orgullo de ser, orgullo de la falta de virilidad o de
una contra natura. El hombre moderno desprecia la virilidad y el conocimiento.
Esta en boga lo afeminado, la superficialidad, lo banal.
Vivo en una sociedad marica,
y orgullosa de serlo, una sociedad que no aguantaría un mínimo pulso de la
naturaleza si nos enfrentara a la supervivencia. Una guerra sería lo más
parecido a una selección natural, sólo lo fuerte prevalecería a tanta
decadencia,
Vivo en una sociedad de la
que siento vergüenza ajena.
Predicción fácil
Estamos en los últimos días
del caluroso julio del 2015. Ni todo el calor del mundo evita que un creciente
número de sombras sobre abrigadas, tapadas, surquen las arterias de las
localidades de España. Musulmanas, con musulmanitos en sus vientres y jugando
alrededor, juegan a la reconquista del tiempo… y este corre a su favor.
Comodidades, ventajas, pagas y pensiones para los invasores, España paga, los
políticos dictan.
Docenas de “españoles” hacen
la Yihad en Oriente, sus nombres Mohamed, Abdul, Yasin… El gobierno les regaló
los papeles, los mismos derechos que a los García, Fernández, López…, les
regaló nuestra tierra, pero la sangre, la mala sangre, la ponen ellos.
Es cuestión de tiempo, como
en Londres, que Mohamed sea el nombre más usado en los nuevos nacimientos (en
honor a su profeta). Es cuestión de tiempo, como en Paris, que un grupo de
musulmanas golpeen a una española por tomar el sol en bikini.
Cuesta entender como, en
nombre de la libertad, progresistas, feministas, comunistas, anarquistas y
demócratas promueven y defienden a capa y espada la invasión de sus ejecutores.
Es cuestión de tiempo… es una predicción, muy, muy fácil.
Tomando en la plaza
Las plazas de mi barrio se
han llenado, de pis y suciedad, de mil lenguas de mil razas ¿qué vinieron a
aportar? ¿no son, y crean, ellos un futuro de involución? No lo entiendo, nadie
realmente lo hace, pero lo políticamente correcto estrangula nuestra voz,
tímida y cobarde, por miedo al rechazo de una sociedad “progresista” que
prefiere los olores a orín que el razonamiento obvio sin paliativos.
Vuelvo a mirar la plaza y
vuelvo a pensar ¿qué vinieron a hacer aquí?
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