domingo, 17 de noviembre de 2013

Presentación 'Del mar de tierra'

Bajo el título: ‘Del mar de tierra’ se recoge un compendio de algunas obras, hasta ahora sin publicar, un recorrido de 15 años de escritura que refleja vivamente diferentes etapas.


DEL MAR DE TIERRA – Iber Strasser (1998-2013)





(1998)

Tras el telón  

Baten mis alas
sobre la cruz de fuego,
cortan las nubes
de algodón negro.


Luna roja 

Luna roja,
luna de sangre,
hoy estoy triste,
no me hables.

Arrastro miseria
por las calles,
caído de mí,
como en trance,
guiado por una voz.
Se quebró el sueño,
llovió tiempo,
tocó morir.


Morir 

¿Y a quién le importa
que me muera mañana
y que la tierra
me abrace al fin?
Seré abono,
flores, gusanos,
escondite de insectos,
crisálida gris.

Cubrirán mi pecho de besos
que no necesito ya
y mis manos en gesto de rezo
van siendo hielo, hielo.

Y que solo me dejaréis
entre cruces, tierra y extraños,
¡Cuánto ahora me queréis
nunca me hicisteis daño!

Ya se va todo el cortejo
pero alguien queda atrás,
es mi madre de luto negro
con una rosa en la mano
y el corazón lleno de hielo.


Lluvia de los tiempos   

En la lluvia de los tiempos
yo soy la gota
que pierde fuerza
pero hubo tormentas
que aún recuerdas.

Lluvia de pasado
que aplasta el sol presente,
quizás aún prefieras
el agua en tu frente.

Y en mi cabeza
de dolor y laberinto
busco respuesta
y sólo encuentro nombres.

Nada que perder,
nada dulce.
Nada que esperar.
Yo no sé.
No quiero pensar,
para no ver,
para no sufrir.

Y el corazón se me encoge,
me puede la tristeza,
y en la noche no veo estrellas.


El regalo

Otra vez lo hacen,
las paredes como espejos
me enseñan recuerdos
en cada rincón.
Dedos me señalan,
la habitación entera
me habla de ti.

Imágenes me asaltan.
aún no sé porque fue,
cortinas de abejas
punzaban el corazón
a cada caricia.
Mi conciencia debió caer
en un abrazo,
tus dedos quemaron mi piel
palmo a palmo.


¡Hola!  

¡Hola!
¿No ves el infierno en mis ojos,
el deseo del disparo
y la caricia roja
de la pistola en mis labios?

La tormenta me acecha,
intoxicado
como la cola de un cometa.

Esas voces me llaman,
gritan turbulentas su susurro:
¡Mi nombre!

¿Qué puedo hacer?
Soy un cristal
atravesado por rayos de sol.


Aquella vez  

Sí, fue como mirarme a la cara
pude sentir aquella mirada de ojos ásperos,
negros, eternos
y su voz de sosegado eco.

¡¿Y sus manos?!
con su transparente caricia me adormecía
e iba tomando mi cuerpo en un abrazo.

Fue casi bello…

Me dejo la herida abierta
y los labios llenos de sangre de su beso.

Fuego dentro  

Hay fuego dentro de mí
que arde y juega entre cenizas,
mimando, oxidados carboncillos
que un día fueron miel, de sed caricias.

Hay fuego dentro de ti
que forjas relámpagos
de lluvia y cielo.

Crepúsculo ven de sombras lleno,
trae la noche de invierno eterno,
persigue la luz con tu cuchillo,
cubre mis sienes de intenso frío.

Quiero beber tus palabras
de lava ardiente,
volcán que llega a mi boca
como una fuente.

Quiero echar un manto
sobre tu pecho
de lluvia, calor,
de rosa y beso.

Diabluras 

Tranquila mi niña,
tranquila,
que los muertos
en su muerte habitan.

Tranquila mi reina,
tranquila,
que del almendro
sólo se ahorcan flores.

Tranquila mujer,
tranquila,
que en tus brazos
se me va la vida.



(2000)


Madre 

Madre, a veces me pregunto
¿por qué me regalaste la vida?
No te preocupes, sé que lo hiciste
con la mejor intención.

Cuando me trajiste a este mundo podrido,
a esta vida difícil, triste y dolorosa,
tan gris como algunos días de sol.

Muchas mañanas maldigo tu decisión
pero te miro y se me pasa.

Nunca me oirás esto.

Me hiciste tan frágil como fuerte,
dándome la oportunidad para sufrir
o amar.

Supongo que un hijo es como la esperanza,
la que esperas para arrancar esa espina clavada.
La revancha, una oportunidad
para vengar tu vida marcada y dirigida.

Espero poder hacerlo.

También espero cuando me faltes
encontrar otra madre con espina clavada,
que me dé la oportunidad
para crear mi propia venganza
a este mundo gris,
como algunos días de sol.


(2002)


El grito

Tenía un grito pequeño pero no sabía qué hacer con él. Lo metí en mi corazoncito y me lo destrozó, entonces lo guardé en mis intestinos, fueron devorados brutalmente, bajó a mis pies inutilizándolos, cenó mis brazos y manos; en el sueño de la noche rondó mi cerebro.

Al despertar entre agonía y angustia pude advertir ¡que yo sólo era grito!



(2010)

La quiniela

Hoy he aparecido en casa con una quiniela de fútbol. Desde hace años, mi padre me relata clasificaciones, nombres y jugadas del astro rey deportivo.
Es su tema favorito de conversación, es su tema de conversación. Yo no sé nada de fútbol, no me interesa, pero hoy he aparecido en casa con una quiniela de fútbol para poder hablar con mi padre, para poder hacer algo juntos.


(2011)

Elogio

Es un elogio a la locura la existencia que llevamos,
imperativo categórico y tiempo que nos destruyamos.
Es un mundo de violencia que reclama sacrificios
donde mártires de la estulticia aspiran a ser mitos.


Sólo puedo esperar  

Una espera indeterminada
me mantiene en tensión,
los brazos cruzados,
apretados los dientes,
la mirada fija.

Sólo puedo esperar,
ya no depende de mí,
sólo puedo esperar.
Cada segundo como un golpe siento.

Siento mi alma prostituida
y mi voluntad aprisionada,
me noto hueco,
se languidecen mis arterias.

La gran mano me apunta,
hace sentir su sombra sobre mí
en este invierno
sin sol.

Mi futuro cabe en tu palabra,
mis pasos acotados en tu decisión.
Pudiera decirse
que, soy tu juguete
al que puedes meter
en la caja de muñecas,
que puedes llenar de oscuridad,
aislar del contacto
pero nunca privar
del paisaje que defiendo libre en mi cabeza.


(2012)

Cantina  

Borracho de recuerdos te encuentro en una cantina.
Tu silencio e indiferencia es como cera derretida
sobre mi piel, cada vez más vieja pero visible herida.
Está marcado con sal tu nombre y mi vida con cal viva.


Barrizal 

Serán las ondas grises de la lluvia
las que me indiquen el camino de salida,
el barrizal donde se forjen mis heridas,
el sendero entre las ramas donde el viento silba.


S.E.N.T.I.R 

Sabemos siempre saldar sucias sentencias.
Sentados sobre suelos somos semillas,
simientes sedentarias saboreando secuencias,
síntomas sin solución: sintaxis sencillas.

Entender ese efluvio emergente emanando.
El éter envuelve, eclipsando esa elocuencia,
elixir extraído ejerce en efecto, elevando,
ejemplo efusivo emergente en esta esencia.

Nadie negará nunca nervios ni necesidad.
Nadando nenúfares, noto ninfas nocturnas,
nubarrón notifica naciente negatividad,
nostalgia noqueada, ningunas nebladuras.

Tanto talante tienes tú tahúr, tallador táctil.
Tacharás tropiezos temblando tinta taimada,
trivializando triunfos. Truhán traje textil
tendrás, trofeo tunante, tu tez terrea tapada.

Invierno interior, incluso intuyo insinuativo,
insípidamente insípido, insito insisto.
Inmunizado innatamente inhalo insensitivo,
inmortalizo, ínfimo infierno indoloro, invicto.

Remando rompí raíles rojos, rectos, rajándolos.
Rumié raíces raras, regodeos radiculares, reales,
rayando regueros, riachuelos, río rabiándolos.
Rencor, rezuma rendido, ratifico: respírales.


(2013)


Sin fe  

He recorrido mil caminos polvorientos sin fe
donde la mala hierba se confunde con la esperanza.
He sido héroe y villano, también dios y lucifer,
lo que calma y enerva, he sido bandera blanca y lanza.

Cenizas

Ya no frecuento tu calle,
ya no visito tu cuerpo.
Ya se apagaron las llamas
y las cenizas se las llevó el viento.

Apenas ya si recuerdo
el color de tus ojos
y el sabor de tus besos.
Apenas ya si recuerdo
haberte oído ‘Te quiero’.

Olas de oscuridad
en el proceloso mar
del recuerdo.
Brisa que dilatará
la distancia
y el sentimiento.

Ya no frecuento tu calle,
ya no visito tu cuerpo.
Ya se apagaron las llamas
y las cenizas se las llevó el viento.


Voy a quemar todo

Voy a quemar todo lo que ayer adoré
para adorar todo lo que antaño quemé
y con las cenizas haré mi propio monumento,
tan frágil y fuerte como quiera el viento.

El tiempo, salto exponencial hacia el vacío,
lleno de quietud, silencio y frío
palpita en las noches vísperas del estío,
salpica laderas de ruidosos ríos.

Almas envejecidas de niños grandes
pobladas de iras y venganzas arden,
se consumen, escupen andanzas, trivialidades
más allá del sueño de la razón y sus realidades.

Sin más afán de victoria que el respirar
tóxico, como el crudo flota en el mar
mi pensamiento a la deriva sin melodía va,
toca, atraviesa, derriba y se deja llevar.

Ni sé si soy cincel o soy la roca,
si por cerrar los labios mi boca
erra más que hablando se equivoca.
Cuento con los dedos de una mano rota.

Prójimos de nadie, huérfanos de aire,
mis deseos asediados a la vez infatigables
bordean badenes, bloquean arcenes, abren
fisuras en las presas, presas del hambre.

Yo soy ese hombre que elije felicidad
y amarte en tiempos revueltos para la verdad,
que disfruta en paz también su soledad,
que quemó lo que adoraba para no volverlo a adorar.

Y me marché

Y me marché ,
con los ojos llenos de escarcha
y los bolsillos…
llenos de lluvia.

Dogmas y cadenas   

Todo el mundo quiere formar parte de algo.
Todo el mundo necesita la aprobación
y terminan siendo un maldito clon
balbuceando las consignas de otro.

Una pieza utilitarista más del engranaje,
una boca más que repite el eco,
una mente obstruida por la falta de uso,
una ideología, un líder, un dogma, una cadena.


Sabio silencio  

Arrastras por el rastro del olvido
recordé un fragmento de los dos.
Como una vieja canción rallada
por la aguja se clavó en mi piel.

Es tan sucio el sonido a fiesta
rancia, borracha y de mal gusto.
Es tan borroso que no diferencio
entre la verdad, sueño, delirio o invento.

Decreto el cierre de todas mis fronteras
y el estado de total misantropía.
Instauro en el corazón de mi reino
el escepticismo como modo de gobierno.

Llámalo instinto de supervivencia
o toma del poder de la realidad.
Hay tanto ruido en la calle, hay tanto ruido
que nadie escucha el sabio silencio.


A mí me da la paz   

Le regaló un paraíso lleno de espinas,
una alfombra a sus pies de anfetaminas.
Alberto abrazado a Pilar, sin más
dijo desde el suelo “A mi me da la paz”.

Con su sonrisa desdentada, su mirada de niño,
en un rincón del metro encontró el cariño.
Ella en sus brazos como bajada de un crucifijo
piedad toxicómana que la tragedia hizo mito.

Brilla el papel en su boca mientras aspira
los dulces monstruos de sus pesadillas
Dos ángeles caídos en mitad de la Gran Vía
sin aureolas y el sonido de sus alas rotas de melodía.

Con tanto brillo en los ojos
y sin retorno.


El desarraigo de la pena  

Las últimas gotas de sudor eran de sangre,
de esa que se forma al absorber vinagre
de las conciencias y las ideologías, ¿sabes?
cuando el mal está en la cura y esta arde.

Mi sombra quiso para ella mejor destino,
se quedó agarrada a las piedras y espigas de un camino.
‘Aquí te espero hasta que grane el trigo
hasta que te quieras y me quiera contigo.’

En las letrinas escribí poesía en papel de tinta roja
ya no vivo en el barriada de la paradoja.

Pregúntale si se acuerda: ¿gusano, mariposa o seda?
Por mucho que quiera ya ni recuerdo como era
antes del exilio, del desarraigo de la pena.
Pregunta si se acuerda, yo no recuerdo como era.


Mañana será demasiado tarde 

Mañana será demasiado tarde,
sólo quedarán rescoldos de lo que ahora arde.
lo sabes, de esta hoguera grande
donde se queman lento tus vanidades.


Red social   

Exponte,
exhíbete,
hazte vulnerable.

Muéstrate
como fruta de escaparate
como puta de polígono.
Siembra recompensas, vanidad.

Vende tu intimidad.
Tu vida es la mercancía.
Crea una apariencia.
Teje la red que te atrapa.

Ofrece cada instante
al dios binario.
Mosca y araña
en la red social.


Grita  

Grita, grita
¿no la oyes?

Desde los volcanes,
desde sus entrañas
y verdes pulmones,
pulsiones de sus
azules venas.

Grita, grita
pero no la oyes.
Grita, grita
pero no la escuchas.


No me interesa 

No me interesa la verdad.
La verdad no es suficiente
ni oponerse a la corriente
si el infierno es el destino global.

Los principios, finales y medios,
no son redención ni remedio,
más secos anhelantes leños,
más flecos, jirones yertos,
calcio sobre calcio,
hueso sobre hueso,
cuerdos-locos, sobrios- ebrios
en paraísos-cementerios.

Flores secas,
insectos tiernos,
mística barata,
iconografía del más allá.

Más, aquí,
polvo, mugre y sudor
se confunden a menudo
con el sentido de ser

estar, existir,
respirar…
¿quién busca el sentido?
¿quién siente la búsqueda?

Hoy sólo  

Hoy sólo es un cuerpo derrotado,
un amasijo sucio casi humano
tirado en el suelo de la calle,
apestando a sí mismo.

Pero un día fue risa infantil,
el objeto del abrazo materno,
el sol que iluminó
la casa que le vio nacer.

Hoy sólo es la locura
onírica entre orines,
el retrato del fracaso,
la angustia solitaria.

Pero un día fue mi niña,
mi amor, toda mi razón,
su cuerpo un pedazo de mí,
yo un poco de su corazón.

Mis manos conocían sus mapas,
sus cimas y valles,
el norte y sur de su cara,
el edén de sus besos salados.

Hoy sólo es el delirio
de vino barato,
cordillera de heridas
infectadas.

Pero un día fue
mi ausencia de sueño
y otro…
el sueño de su ausencia.


Yo no soy él

No, yo no soy él.
Ni el que creen
ni el que creía ser.

No, yo no soy él.

El que decía, pensaba,
hablaba y hacía.
Él, que tampoco era él.

No, yo no soy él.

Ni sé quién era,
ni sé quién es,
sólo que…
yo no soy él.


Camaleón

Soy mi propio Jesucristo
y soy mi propio Judas.
Soy el mismo Sócrates
y el vaso de cicuta.

Soy el problema
al final de la solución.
Soy egoísmo solidario
y hedonismo redentor.

Soy la pluma que envenena
y la espada que curó
la herida del tiempo
pasado que voló.

Sólo soy un camaleón
que ya no se reconoce.
Sólo soy un camaleón.
Eso es lo que soy yo.

Todo he sido en esta vida,
desde bobo a luchador.
Enarbolé banderas todas,
me drogué y canté al amor.

Me he secado como desierto
y mojado como el mar.
Ahora solamente quiero
que el mundo me deje en paz.

No me vendan más quimeras,
fuego no me queda ya
para encender ya más velas.
Ahora no me creo 'ná'.

Sólo soy un camaleón
que ya no se reconoce.
Sólo soy un camaleón.
Eso es lo que soy yo.

Sólo soy un camaleón
que ya no se reconoce.
Sólo soy un camaleón.
Eso es lo que soy yo.

Todo he sido en esta vida,
desde bobo a luchador.
Enarbolé banderas todas,
me drogué y canté al amor.

Me he secado como desierto
y mojado como el mar.
Ahora solamente quiero
que el mundo me deje en paz.

No me vendan más quimeras,
fuego no me queda ya
para encender ya más velas.
Ahora no me creo ná.

Sólo soy un camaleón
que ya no se reconoce.
Sólo soy un camaleón.
Eso es lo que soy yo.



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