La mayoría de los anarquistas de hoy serían fusilados con placer por los creadores de su doctrina y por los que murieron en un campo de batalla por defenderla.
Nadie como los “anarquistas” actuales han hecho tanto por destruir su ideal y por vincularlo a la miseria intelectual, la podredumbre y la garantía insolidaria.
Son el fruto de priorizar la verborrea simplona y demagógica a la razón. Los primigenios anarquistas eran trabajadores honestos que aspiraron a una malograda revolución social. Gran parte de los actuales “anarquistas” parecen escapados de un circo y apestan, por dentro y por fuera.
El anarquismo murió cuando el punk sustituyó a Proudhon.
El anarquismo murió cuando el punk sustituyó a Proudhon.
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