jueves, 5 de octubre de 2017

Vacaciones en las orillas de la Laguna Estigia

Quien pueda quiera, quien quiera pueda... y así se hizo.

Un tiempo vacacional pero tremendamente ajetreado, ¡qué paradoja!, si mi cabeza no paró, ni mis manos y mucho menos mi espíritu, ensanchado como el pecho de un culturista.

Unas vacaciones con todo lo necesario: drama, amor, emoción, sentimiento y tragedia. Al más puro estilo clásico. Metas conseguidas, un trozo de corazón menos, vértigo al devenir... todas esas tribulaciones y cuitas de una suerte de existencia que se sabe fruto de la casualidad.

Más de un año publicando silencio, un silencio cada vez más lleno de reflexión y palabras. Ahora, tumbado a las orillas de Estigia, vislumbro la muerte que no ha dejado de acompañarme toda mi vida, siento una ligereza pesada tras la última travesía. 

Respiro, estoy tumbado en las orillas de la Laguna Estigia y no hay nada más importante.


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